jueves, 8 de agosto de 2019

Tres mil años no son nada

Son tres mil años que separan desde que Orta fue escrita por primera vez, hasta que se incorpora la devoción a su figura por última vez.

San Salvador de Orta en el Golfo

Hace tres mil años nos dice Homero que los de Orta estuvieron en la flota de la Iliada, la arqueología nos dice que posiblemente era la acrópolis de Falacia.

Tres mil años que nos llevan desde Tesalia a la Isla del Hierro.

Durante estos tres mil años el culto de Orta se ha extendido por todo el mediterráneo. Jaime I fue nombrado caballero en la iglesia de Santa María de Orta en Tarazona, frailes franceses la trajeron a nuestras tierras contruyendo las primeras piedras de lo que es actualmente el Monasterio de Santa María de Huerta.

Tres mil años en que también se han destruido sus iglesias en Lerida, Estella y la leyenda de Moncalvo.

No era una virgen cualquiera, era la Diosa Madre Tierra y la Virgen María no quiere competencia, pero los humanos la seguimos venerando camuifalda de fraile franciscano,